Un año más, acudimos a la entrega de premios del concurso de cuentos breves en la biblioteca de Comillas, El Espolón.
Los galardonados fueron:
- Educación Infantil 2, 3 años.
- Educación Infantil 4, 5 años.
- Ludi Dubreuil
- Nerea Vallina
- Dolores Cayón
A continuación, una muestra de la gala.
Y ahora pasamos a toda la cosecha literaria del Santiago Galas:
LOS ANIMALES Y EL LOBO (Educación Infantil 2-3 años)
LA LIBÉLULA Y EL TORO ( Educación infantil 4-5 años)
VARILLAS METÁLICAS (Nerea Vallina)
Hola, me llamo Paraguas. Mi uso es exclusivo
"para aguas". Lo siento, solo bromeaba. Se puede decir que soy el
pañuelo que los humanos emplean para secar las lágrimas de los dioses y así, no
mojarse.
Te recomendaría no utilizarme mientras haya truenos y
rayos. ¡Es por tu bien!
¿A caso no sabes lo de Benjamin Franklin?
Soy cómodo de llevar, me abres cuando llueve y me
cierras cuando no. Casi siempre estoy aburrido, pues, solo veo la calle cuando
hace mal tiempo, al contrario que mi prima, la sombrilla, que sale de paseo en
los días soleados.
Los objetos como yo, no somos tan apreciados como
otros: tablets, móviles, ordenadores....que hipnotizan a sus usuarios con
juegos, chats…
Ojalá, me hubieran creado con un chip que me
permitiera realizar lo mismo que un aparato tecnológico y así ser más querido
por las personas.
MI HISTORIA(Ludi Dubreuil)
Hola, mi
nombre es Ángel, soy un detective; algunos piensan que mi profesión es aburrida
pero, en realidad, no es así, mi profesión es extraordinaria. Y por eso en este
relato os voy a contar mi historia.
Bueno…
cómo empezar. Todo empezó cuando yo era pequeño, yo leía miles y miles de
historias que trataban sobre robos, asesinatos, desapariciones… pero todo tenía
algo en común: todos tenían un detective.
Os
preguntaréis ¿Por qué me fascinaba tanto? Eso es muy simple, mi padre, el mejor
detective de la historia, con su gabardina y su sombrero, recogía en su
cuaderno de notas, desde una simple palabra a un maravilloso dibujo.
Mi
padre, para mí, era el mejor hasta que… murió, y en sus últimos alientos me dio
su pequeña libreta que él usaba para todo. Mientras yo la miraba fijamente, él
me dijo: Te doy mi mayor tesoro, allí están mis mayores pensamientos y todos
mis casos.
Yo no me
atreví a abrirla, y tuvieron que transcurrir unos años hasta que me dije a mi
misma: Ya es hora.
CIÉNAGAS DEL OLVIDO (Dolores Cayón)
Tarde
de septiembre con viento del norte. El día, poco a poco, va despidiéndose con
pereza; abandona su regazo, lucha por quedarse un poco más, pero la tenue
oscuridad va usurpando los últimos rayos de luz. El golpe de las olas contra
las milenarias rocas y el graznido de las gaviotas rasgan el silencio
vespertino. Muy cerca, un leve quejido tiñe el lugar de nostalgia.
Un escalofrío recorre su
encorvada espalda y cae de sus manos, nervudas y ásperas, una ajada pandereta.
Surcos de ríos secos recorren su rostro, garabatos de recuerdos pueblan esa
brújula sin rumbo en la que se ha convertido su memoria. Sentada, cobijada en
el ayer para disimular su confuso presente, entra en un ligero sueño: "va
caminando entre tendales de bombillas de colores. Los ecos de un mar en calma y
las notas de unas panderetas entablan una animada conversación, mientras los
danzantes ríen y bailan en la campa. ¡Es la romería del pueblo!"
De pronto, una voz la devuelve al presente:
_Abuela, entra, que te coge el "relente".
Molesta y desorientada abre sus ojos y ve a
una joven morena, de amplia sonrisa que la acaricia suavemente.
¿Y tú quién eres?_ pregunta la anciana.